¿Qué es la dieta flexitariana? Lo mejor de dos mundos. Los días que escojas eres vegetariana y el resto incluyes la carne de tu preferencia. Es una nueva forma de alimentarte que te brinda muchos beneficios. Mira tres de ellos.
Primero, te libera. Al no obligarte a elegir entre alimentos de origen vegetal o de origen animal, puedes disfrutar de ambos. Esta flexibilidad te permite llevar a cabo la dieta a largo plazo, ya que al no ser restrictiva, no te aburre y es fácil de implementar. Cuando pienses en la dieta flexitariana, piensa en el bambú. ¿Por qué el bambú, ante una tormenta, no se parte como otros árboles? Porque la flexibilidad... es su fortaleza.
Segundo, te ofrece una alternativa variada y saludable. Los días de la semana que prefieras eres vegetariana y comes frutas, hortalizas, cereales integrales, legumbres, tubérculos y frutos secos, incluyendo nueces y almendras. También utilizas grasas saludables como el aceite de oliva extra virgen para aderezar tus ensaladas y darle sabor a tus comidas, sin olvidar las especias y las hierbas aromáticas. Además, si te apetece, comes yogur natural endulzado con un toque de miel y porciones moderadas de queso. El resto de la semana añades huevos, pollo, pescado o carne roja magra, lo que más te guste. Esta variedad de alimentos te provee nutrientes y sabores que no están disponibles en otras dietas que utilizan un enfoque restrictivo, como las dietas bajas en grasa o bajas en carbohidratos.
Puedes comenzar poco a poco. Por ejemplo, puedes empezar siendo vegetariana un día a la semana y paulatinamente ir incrementando, tanto como tú quieras, los días en los que omites la carne. Lo fundamental es que obtienes los beneficios de una dieta basada en plantas y alimentos integrales a la vez que retienes la opción de comer carne. Este enfoque práctico te permite realzar tu figura y mantener a raya el sobrepeso. Además, al tener un peso saludable y alimentarte con una amplia gama de alimentos vegetales, previenes muchos trastornos de salud, incluyendo enfermedades del corazón, diabetes y diversos tipos de cáncer, entre ellos, de seno y colon.
Lo importante es evitar la comida ultra-procesada, que es la realmente dañina. Ejemplos de estos productos son los carbohidratos refinados, incluyendo el azúcar, los refrescos, la harina blanca, el pan blanco y el arroz blanco. También las grasas "trans" artificiales y las carnes procesadas, es decir, el jamón, el chorizo, la tocineta (bacon), las salchichas y los embutidos en general, sobre todo cuando provienen de animales que han sido criados industrialmente en corrales de engorde.
Tercer beneficio: te hace partícipe de la lucha contra el cambio climático. De acuerdo al informe de las Naciones Unidas “La larga sombra del ganado”, la carne es el alimento que más contribuye al calentamiento global. Eso implica que si quieres combatir la crisis que sacude el planeta, una opción es comer menos carne. Después de todo, lo que es bueno para tu salud, ¡también es bueno para la Tierra!
Ya cuentas con una alternativa ecológica, variada y deliciosa que te permite adelgazar y proteger tu bienestar sin someterte a sacrificios innecesarios.
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